IDOIA UGARTE
John Stuart Mill, uno de los políticos que más ha defendido la libertad con todas sus consecuencias, nos dice que cada individuo tiene el derecho a actuar de acuerdo a su propia voluntad. Si la realización de la acción solo afecta directamente al individuo ejecutor; la sociedad no tiene derecho alguno a intervenir, incluso si cree que el ejecutor se está perjudicando a sí mismo. He aquí la clave del conflicto planteado en Micrópolis. El estado no puede imponer límites a la libertad individual porque se está violando un derecho innato que tenemos todos los seres humanos: el derecho a decidir. El estado no es la madre de la sociedad aunque algunos se empeñen en no aceptar nuestra mayoría de edad.
La tiranía de la mayoría vuelve a cebarse con la minoría. Una minoría desamparada que no tiene voz ni voto. Nosotros creemos en que el individuo es libre para hacer cuanto desee y es suficientemente racional para tomar decisiones acerca de su propio bien. El perjuicio que se está llevando a cabo contra un porcentaje más que representativo de la sociedad, tiene una cuestión de fondo de una naturaleza tan vital que merece un debate inagotable.
Estamos ante una intervención estatal en el terreno personal y que además es excesiva en todos los niveles. Se está utilizando la salud como ariete para controlar la vida de los ciudadanos. Tener una vigilancia de tal calibre sobre nuestras espaldas pone los pelos de punta
Por descontado, hacemos eco de los daños y las pérdidas que sufrirán nuestros hosteleros y que por supuesto no serán indemnizadas. Todo esto en un contexto de crisis mundial cuyas consecuencias comenzarán a elevarse repercutiendo sobre todo en el ámbito económico, algo que no convienen a nuestra ciudad. Los riesgos son demasiado elevados y en tiempos difíciles se aconseja cautela.
Otro punto a tener en cuenta es que se generarán tensiones sociales innecesarias al imponerse una vez más el denuncie usted a su vecino. Acusar al prójimo es el colmo de los colmos. Quién sabe si los lobbies están presionando al gobierno para que tome estas medidas. Sus intereses los desconocemos pero habrá que investigarlos.
“Sobre sí mismo, su propio cuerpo y mente, el individuo es soberano”. Stuart Mill no tiene cabida en Micrópolis.
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