Cuando una madre, un padre o unos abuelos ven a un niño con sobrepeso, lo que en realidad ven es un niño gordito, mofletudo, y lleno de pliegues. Todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte, y lleno de salud. Los expertos en nutrición por contra, claman al cielo. Ellos lo que ven son enfermedades de circulación, diabetes, osteoartritis, futuros infartos e incluso cáncer. Pero nosotros vemos algo más, vemos falta de autoestima. Vemos a un niño que se siente apartado, que no puede seguir el ritmo de los demás. A un niño al que le cuesta jugar, que se queda sin respiración, que pasa las horas del recreo de pie en una esquina.
martes, 5 de abril de 2011
Gente guapa
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