martes, 5 de abril de 2011

Gente guapa

Cuando una madre, un padre o unos abuelos ven a un niño con sobrepeso, lo que en realidad ven es un niño gordito, mofletudo, y lleno de pliegues. Todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte, y lleno de salud. Los expertos en nutrición por contra, claman al cielo. Ellos lo que ven son enfermedades de circulación, diabetes, osteoartritis, futuros infartos e incluso cáncer. Pero nosotros vemos algo más, vemos falta de autoestima. Vemos a un niño que se siente apartado, que no puede seguir el ritmo de los demás. A un niño al que le cuesta jugar, que se queda sin respiración, que pasa las horas del recreo de pie en una esquina. 
 
Por eso nosotros defendemos la autoestima, la obligación que tiene la sociedad de que los niños se sientan bien consigo mismo, la obligación de todos de limar al máximo esos conflictos que se presentan en nuestros primeros años, y uno de los instrumentos que tenemos más a mano es la prohibición de la bollería industrial.

Dos procesos sociales se han desarrollado de manera paralela en Micropolis en los últimos años:

1. El incremento de la obesidad infantil. 
2. El aumento de casos de discrimanación y violencia en las aulas.

¿Seguiremos mirando a otro lado? Esta prohibición no es la solución definitiva, pero sí que es el primer paso para lograr que los niños de hoy sean la gente guapa de mañana.

¡Te sientes bien, te ves bien, te ven bien!
 

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